China ya no copia: rediseña el futuro del automóvil con talento europeo

Durante mucho tiempo, el diseño fue el punto débil de la industria automotriz china. Aunque lograron avances notables en tecnología y electrificación, sus autos eran vistos como genéricos o sin identidad visual. La solución no fue crear una escuela propia desde cero, sino importar una ya probada: desde hace más de una década, los fabricantes chinos comenzaron a contratar a veteranos del diseño automotriz europeo —principalmente alemanes o formados en Alemania— con el objetivo de transformar su imagen. Hoy, esa estrategia se ha convertido en uno de los pilares del éxito internacional de marcas como BYD, Geely, Chery o Xiaomi, cuyos modelos aspiran claramente a una estética de lujo europea.
Más que fichajes, una nueva cultura de diseño
No se trata simplemente de llenar los organigramas con nombres europeos. En los centros de diseño de las automotrices chinas, se replican procesos al estilo alemán: maquetas a escala real, revisiones frecuentes, sesiones colaborativas de evaluación estética. Incluso los diseñadores chinos que hoy lideran estas áreas, como Li Tianyuan —responsable de diseño de Xiaomi Auto—, provienen de esta tradición. Li, por ejemplo, se formó en BMW Alemania, donde fue el primer creativo chino en encabezar un equipo de diseño. Su trazo refleja claramente la escuela visual bávara.

Entre homenaje e imitación
Los nuevos modelos eléctricos presentados en eventos como el Salón del Automóvil de Shanghái exhiben líneas limpias, faros alargados y superficies sofisticadas que recuerdan a los mejores estudios europeos. Las copias burdas del pasado han quedado atrás, aunque persisten formas que remiten a vehículos icónicos. Andrew Dyson, vicepresidente de diseño en GWM, lo explica sin rodeos al hablar del Ballet Cat, un reinterpretado Beetle dirigido al público femenino: "Es un homenaje deliberado a una figura clásica del diseño automotriz. No lo ocultamos; lo celebramos".

Pero aquí surge una tensión fundamental: ¿dónde está el límite entre la inspiración legítima y la copia? Modelos como el Hongqi H9 han generado controversia por su notable parecido con el Rolls-Royce Ghost. Esta semejanza no es accidental: ambos fueron diseñados por Giles Taylor, exdirector de diseño de Rolls-Royce, ahora al frente de Hongqi. Su llegada a China trasladó no solo un estilo visual, sino toda una filosofía estética de lujo ceremonial basada en códigos occidentales.
Las disputas legales no han tardado en aparecer. Porsche advirtió a Xiaomi por el parecido del SU7 con el Taycan; Land Rover demandó a Jiangling Motors por el clon casi exacto del Evoque; y BMW hizo lo propio con Qiantu Motors por replicar su parrilla doble. Aunque en algunos casos los tribunales chinos han fallado a favor de las marcas occidentales, la mayoría de estos conflictos terminan en zonas grises: las formas pueden parecerse, pero no son idénticas. Y la ley protege la originalidad del diseño, no un estilo determinado.

Desde el punto de vista de los diseñadores, la postura es clara: no están copiando modelos, sino replicando lenguajes visuales que ellos mismos ayudaron a crear. Stefan Sielaff, exdiseñador en Audi y hoy jefe global de diseño en Geely, lo resume así: "En China, adoptamos la disciplina de trabajo europea, pero con una velocidad que en Alemania sería impensable. Aquí puedes ver tu idea hecha realidad en seis meses; allá, tomaría años".
China quiere superar a Europa, no parecerse a ella
Hoy, los autos chinos que circulan en Europa, América Latina y Medio Oriente han sido reconocidos con premios de diseño de talla mundial, como el Red Dot Award, el iF Design Award y el Good Design Award. El Geely Yinhe Starship, un SUV conceptual presentado en el Auto Show de Beijing 2024, fue galardonado ese mismo año con el Red Dot Award: Design Concept. El MG Cyberster, un deportivo eléctrico, hizo historia al convertirse en el primer vehículo producido en China en ganar los tres galardones, incluyendo el iF Design en la categoría de experiencia de usuario.

Detrás de este logro está Carl Gotham, director del estudio SAIC Design Advanced London, quien ha liderado la evolución del legado británico de MG bajo la propiedad de la china SAIC Motor. Con más de 20 años en la industria, Gotham ha trabajado en marcas como Rover y ha dirigido el diseño de modelos conceptuales y de producción como el Cyberster y el SUV MG HS.
Estos diseñadores no llegaron a China para reinventar el diseño desde cero. China ya no busca parecerse a Europa: quiere superarla. Y para lograrlo, ha llamado a los arquitectos del viejo orden… para que construyan uno nuevo.