Costa Rica da un paso audaz hacia la conservación ambiental al cerrar sus zoológicos estatales después de una década de disputas legales. Esta nueva política ambiental, implementada el 11 de mayo, prioriza la protección de las especies a través de santuarios, centros de rescate y la preservación de sus hábitats naturales.
El emblemático zoológico Simón Bolívar, hogar de 250 animales, clausuró sus puertas y trasladó a sus residentes al centro de rescate Vida Silvestre Tropical. Asimismo, se clausuró el Centro de Conservación Santa Ana, ubicado en las afueras de San José. Este movimiento refleja el compromiso de Costa Rica con el bienestar animal y la preservación de la biodiversidad.
La decisión de cerrar los zoológicos estatales se tomó tras varios años de litigios, complicados en parte por la concesión estatal otorgada a la Fundación Pro Zoológicos. Esta entidad había presentado múltiples recursos legales para retrasar la implementación de la ley aprobada en 2013. A pesar de estos desafíos, Costa Rica sigue adelante con su visión de conservación, dejando en claro su compromiso con un enfoque más ético hacia la vida silvestre.
Aunque los zoológicos estatales cierran sus puertas, el país aún cuenta con 18 zoológicos privados que no se ven afectados por esta medida. Sin embargo, la decisión de cerrar los zoológicos estatales marca un cambio significativo en la política ambiental del país, priorizando la protección de las especies y su hábitat natural sobre la exhibición en cautiverio.