Cristina y Oscar; Boda de ensueño

El amor llega de la forma más inesperada y Cristina y Óscar bien lo saben. Hace casi 8 años, la joven decidió venir a Ciudad de México para estudiar un máster y fue a los pocos meses de instalarse en la Ciudad, cuando conocería al hombre de su vida.

Se conocieron de fiesta y desde entonces sus caminos no han vuelto a separarse. "Hemos compartido grandes momentos y viajes por todo el mundo. Uno de los más especiales fue cuando nos fuimos a Lanzarote durante la pandemia y Óscar me pidió matrimonio", recuerda Cristina.

Una de las primeras decisiones que tomó la pareja fue el lugar dónde se querían casar. Cristina es de Guayaquil (Ecuador) y Óscar (Ciudad de México), finalmente, se decantaron por la segunda opción. 

Los dos querían que fuera en septiembre porque el tiempo no suele fallar y la temperatura empieza a ser más agradable. Además, una cosa que tuvieron clara fue que quisieron dejar margen a la familia y amigos de Cristina para que pudiesen desplazarse desde tan lejos sin problema.

La ceremonia se llevaría a cabo en la Iglesia de la Concepción. Un enclave precioso, tanto por dentro como por fuera, en pleno centro de la ciudad.

Por lo que al vestido de novia se refiere, Cristina siempre tuvo clara la idea. "Me quería casar con un vestido de Jesus Peiro porque me gustan sus diseños atemporales y elegantes.

No sabía exactamente cómo iba a ser, pero tenía muy claro que quería llevar velo y que el vestido tuviese una larga cola que se pudiera quitar para la fiesta.

El resultado fueron dos vestidos a medida realizados en tafetán con textura en relieve simulando pequeñas burbujas, con escote palabra de honor, corte detrás y botones arriba y abajo. Permitiéndome jugar con varios looks en determinados momentos de la celebración", cuenta la novia.

Además, añade que "en la ceremonia llevaba una sobre cola larga sobre puesta a la cintura y unos manguitos desmontables en el mismo tejido. El velo de tul de seda a desniveles le daba el toque definitivo al vestido".

Para el momento del banquete, Cristina, se quitó la sobre cola para poder moverse con más agilidad y estar más cómoda, consiguiendo así, un nuevo diseño.

"El segundo vestido fue para la fiesta. Me encanta bailar y sabía que tenía que estar preparada. Para este cambio opté por un vestido que iba en la misma línea que el anterior, pero en corte midi.

Para mí, el largo ideal que me permitió moverme entre todos los invitados sin perder el look nupcial. El toque final, lo puse con los zapatos: unas Converse de corte alto cubiertas de purpurina plateada", recuerda.