Cuando muchas líneas son un riesgo: el otro lado de tener múltiples tarjetas de crédito

Escrito por Destacados Líderes, México, Staff – 5 de noviembre de 2025

Tener varias tarjetas puede parecer ventaja… pero otra cara del plástico podría estar comprometiendo tu futuro financiero.



Tener varias tarjetas de crédito activas puede dar una sensación de libertad financiera, pero también encierra riesgos importantes que conviene conocer a fondo. A continuación, te explicamos por qué la multiplicidad de plásticos puede convertirse en un problema, y cómo evitar que te pase factura.


⚠️ El riesgo del endeudamiento invisible

Al sumar varias tarjetas, el acceso a crédito se amplía y puede generar la ilusión de contar con más recursos de los que realmente se tienen. En la práctica, esto puede traducirse en la acumulación de saldos con intereses elevados y, si no se pagan oportunamente, en una bola de nieve difícil de detener.

Por ejemplo, cada tarjeta puede generar su propia fecha de corte, tasa de interés, límite y comisiones. Administrar todo eso exige orden; sin él, es fácil perder el control.  

Problemas clave que pueden surgir

  1. Uso del crédito elevado
    Si tus saldos se acercan al límite total disponible, tu "tasa de utilización" se eleva —un factor que las agencias de crédito considerarán al calcular tu puntaje. Un porcentaje alto puede afectar negativamente tu historial.

  2. Múltiples pagos, múltiples fechas, más posibilidades de olvido
    Cada tarjeta supone una obligación distinta. Olvidar un pago mínimo, dejar un saldo pendiente o tener varios pagos al mismo tiempo puede generar cargos moratorios, intereses mayores y deterioro del puntaje.

  3. Solicitud frecuente de nuevas tarjetas

    Cada vez que se abre una nueva línea de crédito, se realiza una consulta a tu historial —esto también puede afectar tu puntaje. Además, tener muchas cuentas nuevas puede indicar mayor riesgo.

  4. Costos ocultos y tentaciones

    Más tarjetas también significan más ofertas, más beneficios, pero también más anualidades, más comisiones, más fechas a recordar, y más tentaciones de gastar lo que no se tiene.

¿Entonces cuántas tarjetas son "las adecuadas"?

No existe un número mágico que aplique a todos los casos: la clave está en tu capacidad real de pago, tu disciplina financiera y tu planificación. Algunas recomendaciones:

  • Evalúa si puedes cubrir todos los pagos mínimos de todas tus tarjetas sin comprometer tus necesidades básicas. 

  • Vigila que el total de tus pagos de crédito (incluyendo tarjetas) no supere el ~30 % de tus ingresos mensuales.

  • Asegúrate de que tus tarjetas activas realmente suman valor: recompensas, tasas competitivas, buen servicio — y no solo "tener por tener". 



Buenas prácticas para manejar varias tarjetas de forma saludable

  • Paga puntualmente cada tarjeta. Es el factor más importante para mantener un buen historial.

  • Mantén los saldos lo más bajo posible respecto a los límites disponibles. Idealmente menos del 30 %.

  • Considera cerrar o detener el uso de tarjetas que no aportan beneficios o que generan comisiones, pero evalúa bien antes de cerrarlas: la antigüedad de la cuenta también cuenta. 

  • Evita solicitar nuevas tarjetas sin una estrategia clara y asegúrate de que las anteriores están bajo control. 


Tener múltiples tarjetas no es un mal por sí mismo: con disciplina, pueden ser herramientas útiles. Pero la ventaja se transforma en riesgo cuando la gestión se vuelve compleja, se acumulan pagos, se sobrepasan los límites o se relaja el control. Cuidar tu capacidad de pago, mantener tus saldos controlados y evaluar la necesidad real de cada tarjeta te puede ahorrar muchos dolores de cabeza financieros.