El 1 de marzo, Erika Morales, una joven colombiana de 20 años, falleció tras una ardua lucha por obtener una muerte digna. Su historia, marcada por una tragedia que la dejó cuadripléjica, conmovió a miles y abrió un debate sobre la eutanasia en Colombia.
La tragedia de Erika comenzó el 2 de agosto de 2021, cuando, a sus 17 años, salió con amigas a un bar. Durante la noche, se desató una pelea en el establecimiento, y en medio del caos, Erika fue agredida brutalmente con una botella de whisky en la cabeza. Este ataque le provocó un infarto cerebral y una lesión medular severa, dejándola sin movilidad en sus extremidades y dependiente de asistencia mecánica para respirar.
Tras despertar de un coma que duró un año y siete meses, Erika se encontró en una situación devastadora: incapaz de moverse, hablar y totalmente dependiente de terceros para cualquier actividad. A pesar de su condición, logró comunicarse con su familia utilizando un abecedario impreso y una pluma. Fue así como expresó su deseo de acceder a la eutanasia, buscando poner fin a su sufrimiento.
La solicitud de Erika inicialmente enfrentó resistencia por parte de las autoridades sanitarias colombianas. Sin embargo, gracias al apoyo masivo en redes sociales y la difusión de su caso, finalmente se le concedió el derecho a una muerte digna. Mientras se ultimaban los detalles para el procedimiento, Erika continuó recibiendo cuidados paliativos.
El 1 de marzo, Erika presentó complicaciones de salud que llevaron a su fallecimiento. Aunque su eutanasia ya había sido aprobada, no se ha confirmado si su deceso fue resultado de este procedimiento o de causas naturales.
Tatiana Morales, hermana de Erika, compartió emotivos mensajes en redes sociales tras la partida de su hermana, expresando su profundo dolor y agradecimiento por el apoyo recibido. Además, reafirmó su compromiso de buscar justicia contra las agresoras que causaron la tragedia de Erika.
El caso de Erika Morales no solo expone las consecuencias de la violencia, sino que también resalta la importancia de discutir y legislar sobre el derecho a una muerte digna en situaciones extremas. Su historia continuará siendo un referente en la lucha por los derechos humanos y la justicia en Colombia.