El Golfo de México es una vasta cuenca oceánica que abarca aproximadamente 1.6 millones de kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en uno de los golfos más grandes del mundo. Está delimitado por las costas de México, Estados Unidos y Cuba, y se conecta con el océano Atlántico a través del Estrecho de Florida y con el Mar Caribe mediante el Canal de Yucatán.
Esta región es conocida por ser un punto de origen frecuente de huracanes debido a sus condiciones meteorológicas y oceanográficas favorables. La temporada de huracanes se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, periodo en el cual tormentas de gran intensidad pueden formarse y afectar a las áreas circundantes.
Además de su importancia económica, el Golfo de México alberga una rica biodiversidad, incluyendo marismas, playas arenosas y manglares, que sustentan una amplia variedad de especies marinas y aves. Sin embargo, también ha sido escenario de desastres ambientales significativos, como el derrame de petróleo de la plataforma Deepwater Horizon en 2010, que tuvo consecuencias ecológicas duraderas.
En resumen, el Golfo de México es una región de gran relevancia ambiental, climática y económica, cuya influencia se extiende más allá de sus costas, afectando a múltiples países y ecosistemas.