En enero de 2012, un insólito fraude en el sorteo mexicano de la Lotería Melate sorprendió al mundo. Un grupo de amigos, incluyendo a un ferviente religioso y miembro de Alcohólicos Anónimos, ideó un plan para hacerse con el premio de 160 millones de pesos. La estrategia consistió en grabar previamente el sorteo con los números que ellos poseían y transmitirlo como si fuera en vivo.
Este audaz plan fue descubierto gracias a la perspicacia de una funcionaria de Pronósticos Deportivos, quien notó que solo familiares y directivos de la empresa Just Marketing, encargada de la grabación y difusión del sorteo, intentaban cobrar el premio. La intervención de la Procuraduría General de la República permitió congelar las cuentas involucradas y evitar que los defraudadores disfrutaran del botín.
La fascinante historia de este fraude ha sido llevada a la pantalla en la serie "Me late que sí", disponible en Netflix. La producción, protagonizada por Luis Alberti, Alberto Guerra y Ana Brenda Contreras, entre otros, retrata con humor y drama los eventos que rodearon este intento de estafa. Según Alberti, la serie muestra cómo un grupo de amigos, enfrentados a dilemas éticos, se embarca en esta arriesgada aventura.
Este caso es un recordatorio de cómo la realidad puede superar a la ficción, y de la creatividad que algunos despliegan para intentar burlar al sistema.