
Hijo de exmecánico homenajea a Checo Pérez con coche de juguete personalizado

En el competitivo mundo de la Fórmula 1, las relaciones personales suelen estar marcadas por la presión y la exigencia. Sin embargo, hay lazos que trascienden los paddocks y las temporadas. Uno de esos vínculos es el que une a Sergio "Checo" Pérez con Mikey Brown, exmecánico del equipo Racing Point —hoy Aston Martin—, con quien el piloto mexicano compartió garaje durante su paso por esa escudería.
Un homenaje lleno de cariño
Recientemente, una imagen se volvió viral en redes sociales: el hijo pequeño de Mikey Brown aparece feliz conduciendo un auto de juguete personalizado, que lleva con orgullo el nombre de "Checo" grabado en la carrocería.
Este detalle, aparentemente simple, revela mucho más que una admiración infantil. Representa el cariño y respeto que Mikey y su familia aún sienten por Pérez, años después de haber trabajado juntos. Es un testimonio de que los vínculos que se forjan en el automovilismo no solo se quedan en los pits, sino que trascienden generaciones.

Más que un piloto: un impacto humano
Aunque actualmente ya no comparten equipo en la Fórmula 1, el gesto de Brown demuestra que Sergio Pérez dejó una huella más allá de los resultados y podios. Su carisma, profesionalismo y calidad humana siguen siendo recordados por quienes compartieron el camino con él.
La imagen del pequeño "Chequito" al volante fue celebrada por los fans como un recordatorio de la calidez que existe detrás del rugido de los motores. En un deporte donde la velocidad y la estrategia suelen llevarse los reflectores, este momento íntimo mostró el lado más humano del paddock.

Legado que va más allá de la pista
Checo Pérez no solo ha demostrado ser uno de los pilotos más talentosos de la parrilla, también ha sabido ganarse el aprecio de quienes lo rodean. Y en este caso, ese cariño se inmortaliza en la infancia de un pequeño que, desde su coche de juguete, rinde homenaje al ídolo que alguna vez acompañó a su padre entre herramientas, adrenalina y sueños sobre ruedas.
Porque en la Fórmula 1, no todo es velocidad: también hay historias que aceleran el corazón.