Cada 8 de marzo, el mundo se tiñe de morado para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Sin embargo, detrás de las flores y los mensajes de felicitación, existe una historia de lucha, tragedia y reivindicación que pocos conocen en profundidad.
Orígenes en la lucha obrera y una tragedia olvidada
El origen de esta fecha se remonta a inicios del siglo XX, en un contexto de revolución industrial y explotación laboral. El 8 de marzo de 1908, 129 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton en Nueva York iniciaron una huelga. Sus demandas eran claras: reducción de la jornada laboral a 10 horas, salario justo y condiciones laborales dignas. La respuesta del dueño fue brutal: ordenó cerrar las puertas de la fábrica, y un incendio acabó con la vida de estas valientes mujeres.
El impulso de Clara Zetkin y la institucionalización de la fecha
Este trágico suceso resonó en todo el mundo y sembró la semilla para la lucha por los derechos de las mujeres. En 1910, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, la alemana Clara Zetkin propuso establecer un día internacional para honrar la lucha de las mujeres trabajadoras. Aunque no se fijó una fecha específica en ese momento, la propuesta fue el catalizador para futuras conmemoraciones.
La conexión con la Revolución Rusa y la elección del 8 de marzo
La elección del 8 de marzo como fecha oficial tiene una conexión directa con la Revolución Rusa de 1917. El 23 de febrero de ese año, según el calendario juliano (8 de marzo en el gregoriano), miles de mujeres rusas salieron a las calles de Petrogrado exigiendo "pan y paz". Esta manifestación marcó el inicio de la Revolución de Febrero, que culminó con la abdicación del zar Nicolás II y abrió paso a cambios significativos en Rusia.
Reconocimiento oficial y la lucha que persiste
No fue sino hasta 1975 que las Naciones Unidas oficializaron el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, en reconocimiento a las luchas y logros alcanzados por las mujeres en diversos ámbitos. Sin embargo, a pesar de los avances, la lucha por la igualdad de género continúa siendo una realidad en muchos países. Las brechas salariales, la violencia de género y la representación desigual en puestos de poder son solo algunas de las cuestiones que aún requieren atención y acción.
El 8M en la actualidad: más que una fecha, un movimiento global
Hoy en día, el 8M se ha convertido en un símbolo de resistencia y reivindicación. Movimientos como el Paro Internacional de Mujeres, iniciado en 2016, convocan a huelgas y manifestaciones en más de 50 países, visibilizando la violencia machista en todas sus formas y expresiones. Estas movilizaciones buscan no solo recordar a aquellas que lucharon en el pasado, sino también exigir un futuro más justo e igualitario para todas.
Reflexión final: más allá de la celebración, la acción
Es crucial que el 8 de marzo no se reduzca a una mera celebración simbólica. Debe ser una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que aún enfrentan las mujeres y comprometerse con acciones concretas que promuevan la igualdad de género en todos los ámbitos de la sociedad. Solo así honraremos verdaderamente la memoria de aquellas que, con su valentía y sacrificio, abrieron el camino hacia un mundo más equitativo.