Según un estudio de Meeting Canary citado por Fortune, la puntualidad se percibe de manera distinta según la generación. Los jóvenes de la Generación Z, entre 16 y 26 años, muestran una actitud más laxa hacia llegar a tiempo al trabajo o a compromisos. El 46% de los encuestados en este grupo considera aceptable llegar entre cinco y diez minutos tarde, incluso lo ven como ser puntual.
A medida que aumenta la edad de los encuestados, disminuye la tolerancia hacia la impuntualidad. Los Millennials (27 a 42 años) muestran un 39% de aceptación hacia retrasos de hasta diez minutos, mientras que solo el 26% de la Generación X (43 a 58 años) muestra tal flexibilidad. Entre los Baby Boomers (59 años en adelante), solo el 20% tolera retrasos, siendo el 70% firmes en su postura de que "tarde es tarde".
Laura van Beers, fundadora de Meeting Canary, menciona que las generaciones más jóvenes han redefinido el concepto de puntualidad hacia un estándar más flexible, aunque dentro de límites definidos. Mientras las generaciones mayores tienden a preferir llegar con anticipación para garantizar la puntualidad, los jóvenes prefieren una ventana más ajustada para considerar a alguien puntual.
En resumen, aunque la puntualidad sigue siendo valorada, su percepción está evolucionando con las nuevas generaciones en el mundo laboral, quienes muestran una mayor flexibilidad en cuanto a los tiempos de llegada.