La realeza británica muestra su unión tras el último ataque del príncipe Harry

Tras perder la batalla legal en los tribunales de Londres para garantizar su seguridad y la de su familia en el Reino Unido, el príncipe Harry concedió una entrevista a la BBC que ha generado un fuerte impacto, especialmente por sus declaraciones sobre su distanciamiento con el rey Carlos III y su hermano, el príncipe Guillermo.

"Me encantaría reconciliarme con mi familia; no tiene sentido seguir peleando. La vida es preciosa, no sé cuánto tiempo le queda a mi padre; no me habla por este asunto de la seguridad", expresó el duque de Sussex.

Silencio desde el Palacio: respuesta firme y escenificada

Mientras Harry hablaba de reconciliación y exponía la frágil salud de su padre, la Casa Real británica optó por el silencio absoluto. Sin emitir declaraciones, respondió con una contundente demostración de unidad durante los actos oficiales por el 80º aniversario del Día de la Victoria, que conmemoran el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

El rey Carlos III y la reina Camilla, junto al príncipe Guillermo, Kate Middleton y sus tres hijos —George, Charlotte y Louis—, se presentaron en el emblemático balcón del Palacio de Buckingham, símbolo del poder y continuidad de la corona británica. La presencia inesperada de los pequeños de Gales dio un golpe de efecto, dejando en segundo plano las declaraciones del duque de Sussex.

La constante fricción con los Windsor

Harry reconoció sentirse resignado tras años de tensión familiar:

"Ha habido tantos desacuerdos… Esta situación actual, que ya lleva cinco años en lo que respecta a la vida y la seguridad humana, es el punto de fricción. Es lo único que queda".

Sus palabras, aunque emotivas, fueron rápidamente eclipsadas por la imagen de una familia real sólida y alineada, que parece haber adoptado una estrategia clara: no responder a los ataques, pero mostrarse fuerte públicamente.

Tensiones internas en la corona: el caso del príncipe Andrés y el trono "vacío"

No obstante, no todo dentro de la monarquía marcha con total armonía. Uno de los ejemplos más evidentes es la cuidadosa gestión de la imagen del príncipe Andrés, apartado de la vida pública tras el escándalo del caso Epstein. Desde entonces, no ha vuelto a aparecer junto a los príncipes de Gales, y en 2022, durante el servicio de la Orden de la Jarretera, se filtró que Guillermo se negó a participar si su tío estaba presente.

Otro momento de incertidumbre ocurrió con la retirada temporal de Carlos III por motivos de salud. Durante ese lapso, no estaba claro si el liderazgo recaía en el príncipe Guillermo o en la reina Camilla, lo que dejó entrever cierta descoordinación interna. Esto se resolvió posteriormente con un acto conjunto que buscó transmitir cohesión institucional.

Carlos III y Guillermo: estilos distintos, mismo objetivo

Aunque ambos comparten la misión de preservar la monarquía, Carlos III y Guillermo manejan estilos distintos para ejercer su liderazgo. Esta diferencia no ha causado ruptura, pero sí ha generado tensiones naturales dentro de una estructura monárquica donde cada figura opera con agendas y oficinas independientes.

Paradójicamente, el príncipe Harry sigue siendo un factor de cohesión: sus declaraciones, lejos de desestabilizar, parecen provocar una reacción unificada en los Windsor, que cada vez cierran más filas en torno a la institución y su supervivencia.