Lucerito Mijares habla sobre la separación de sus padres: "Nunca vi peleas ni gritos"

La cantante y actriz mexicana de teatro musical Lucerito Mijares tenía solo seis años cuando sus padres, Lucero y Manuel Mijares, decidieron separarse tras 14 años de matrimonio. A pesar del divorcio, la expareja ha mantenido una relación cordial, centrada en el bienestar de sus hijos.

En una reciente entrevista con la revista TVyNovelas, Lucerito, de 20 años, se sinceró sobre cómo vivió la separación familiar y destacó el buen vínculo que aún conservan sus padres:

"La verdad es que se llevan superbién, yo agradezco tanto eso, porque luego los que se ven más afectados son los hijos. Estoy muy contenta de que mis papás se lleven como se llevan, porque eso nos hace muy bien a la familia".

La joven intérprete aseguró que nunca presenció conflictos entre sus padres, lo cual fue clave para que tanto ella como su hermano mayor, José Manuel, no necesitaran apoyo terapéutico durante el proceso.

"Mis papás me han ayudado mucho en eso. Nunca vi peleas, ni gritos, ni nada de esas cosas. Y si algo me gustaría decirles a los hijos de parejas separadas, es que, si hay discusiones, no es culpa de ellos. A veces las diferencias son normales en una relación".

¿Por qué se separaron Lucero y Mijares?

Lucero y Manuel Mijares anunciaron su separación en marzo de 2011 mediante un comunicado conjunto. En él explicaban que la decisión se había tomado con madurez y sin conflictos, priorizando la estabilidad emocional de sus hijos:

"Esta es una decisión madura y sin pleitos a la que hemos llegado. Lo vemos como el final de una historia y el inicio de una amistad que durará toda la vida, por los lazos que construimos".

A pesar de los rumores y las constantes muestras de cariño entre ellos en eventos públicos, Lucero ha descartado la posibilidad de una reconciliación amorosa:

"Ya no somos los mismos de hace veintitantos años. Ahora somos los papás de nuestros hijos, que son nuestro máximo tesoro".

Con esta visión madura y enfocada en la familia, tanto Lucero como Mijares han dado ejemplo de cómo una separación no tiene por qué afectar negativamente a los hijos, si se maneja con respeto y cariño.