Lupita Quintal; Mexicana haciendo historia en el karate 

Lupita siente la sensación de ser una campeona mundial. Su cara se ilumina, una sonrisa inconfundible aparece y sus ojos brillan al contestar. La felicidad es la palabra que escapa de sus labios y esa es la impresión que permanece por encima de todo. Aun con unos días transcurridos la alegría por ganar el oro conseguido se mantiene intacta: "Aún me embarga el júbilo por haber alcanzado un título que llevaba tiempo esperando".

El sabor de la victoria es gratificante, aunque a menudo su proceso puede ser amargo. Surcar el camino hacia el éxito es áspero, trabajoso y estricto. Y ese proceso es indispensable. No hay otro sendero para llegar a la cúspide, y Lupita lo sabe. Entiende que, imprevisto como el trayecto pueda ser, está lleno de retos que requieren capacidad de adaptación, resistencia y disciplina. "En esta competencia tuve que enfrentar seis combates para ser campeona, cuando normalmente son cuatro o cinco. Además, tuve que hacer frente a un cambio de reglas". Y para añadir más desafío, la final fue contra una competidora local en Turquía.

Lupita cumple un rol adicional como coordinadora de alto rendimiento en el Instituto del Deporte de Yucatán y es entrenadora del equipo de karate de la Anáhuac Mayab. Les enseña que el deporte, aun exigiendo todo, ofrece recompensas que van más allá de las competencias, que se extienden a la vida cotidiana. La rutina diaria de Lupita asemeja al propio karate: veloz, retadora, intensa. Madrugar, entrenarse, trabajar, entrenar de nuevo y formar a otros. 24 horas no parecen suficientes. ¿Su secreto? La disciplina: "Gracias a la disciplina que he cultivado por años, hoy día no me cuesta levantarme temprano para entrenar, cumplir con lo que me solicita el Instituto y cuidar a los karatecas que depositan su confianza en mí". Y lo hace siempre buscando la excelencia y el aprovechamiento del tiempo.

"Mi hermano fue quien me llevó al karate cuando tenía 10 años", confiesa Lupita. Su andanza por este arte marcial es extensa, si bien no fue un flechazo instantáneo. A los 8 años tuvo su primer acercamiento; no obstante, no era el momento adecuado y se distanció de la disciplina. A los 10 años, el reencuentro se produjo y no se han apartado desde entonces, llevando casi 18 años de competiciones, medallas, viajes, altibajos, caídas y aprendizaje. Una vida entrelazada con otra.

Sobre sus comienzos, Lupita recuerda cómo dejó de lado actividades como el voleibol y la equitación para entregarse al karate, impulsada por su familia y las oportunidades que este le brindó. Rememora los tiempos en que, siendo aún una cinturón verde, enfrentaba y vencía a cinturones negros, así como el uso del karate como medio para apoyar a su familia y su crecimiento personal, adquiriendo su primer vehículo gracias a su dedicación y empeñándose una hora más en el entrenamiento que el resto, entregándose de lleno a su arte marcial.

En su espacio de trabajo, Lupita medita sobre cómo su rol como entrenadora ha sumado a su desarrollo tanto atlético como personal, viendo en los demás un espejo para identificar sus áreas de mejora y liderar con el ejemplo. Habla también sobre el progreso del karate desde sus inicios y sobre los aspectos que resta mejorar, subrayando la importancia de trabajar más en el aspecto mental que en el técnico. En relación con su estado actual, señala que se encuentra en un nivel de madurez deportiva que disfruta ampliamente: "Me gusta saber que puedo superar la rapidez de alguien más valiéndome de mi experiencia". Lupita se muestra lista y emocionada por futuros torneos, arremetiéndose contra la incertidumbre sin miedo, tal como enfrentaría a una contrincante.

Los desafíos son la motivación de Lupita. Más allá de no temerles, los busca activamente. "Me impulsa la búsqueda de una mejor versión de mí y ser un referente para las nuevas generaciones". Y descubro que los campeones mundiales, al igual que cualquiera, son seres humanos cotidianos. A Lupita le gusta disfrutar de su tiempo libre viendo "Cobra Kai" y estando con amigos y familia, viajando, conociendo y explorando pueblos.

Para concluir, pregunto qué cruza por su mente cuando pisa el tatami. Su respuesta es clara: "Concentro mi mente en la conexión con mi cuerpo. Visualizo las situaciones posibles y mis estrategias para resolverlas. Procuro superar mentalmente a mi rival". Tal vez no haya palabras para describir exactamente cómo lo logra, pero Lupita comprende que entre atletas de alta competencia, el talento y el esfuerzo están equilibrados, y quien domine el aspecto mental tendrá la ventaja. Al final de nuestra charla, Lupita Quintal sonríe. Lupita, nuestra campeona mundial, es pura felicidad.


Lupita Quintal forma parte del TOP 100 DESTACADAS MUJERES LÍDERES DE MÉXICO 2024, un evento avalado por COEPRIN en el que son seleccionados solo quienes han alcanzado un alto grado de desempeño en México.