En un movimiento que ha generado tanto asombro como controversia, Sergey Brin, cofundador de Google, ha instado a los empleados de la compañía a adoptar una semana laboral de 60 horas para alcanzar la supremacía en el desarrollo de la inteligencia artificial (IA). En una reciente comunicación interna, Brin destacó que este nivel de dedicación es el "punto óptimo" para la productividad, especialmente en el competitivo ámbito de la IA.
Brin, quien se ha involucrado más activamente en las operaciones de Google desde el auge de la IA en 2022, enfatizó la necesidad de que los empleados trabajen 12 horas diarias de lunes a viernes. Según él, este esfuerzo es crucial para que Google mantenga su liderazgo en la carrera hacia la inteligencia artificial general (AGI), una forma avanzada de IA que emula la capacidad humana para razonar y aprender.
Además de las largas jornadas, Brin ha abogado por el retorno completo a las oficinas, dejando atrás el modelo híbrido que permite el teletrabajo. Sostiene que la colaboración presencial es esencial para acelerar los avances en IA y superar a competidores como OpenAI.
Sin embargo, esta propuesta ha sido objeto de críticas. Expertos en productividad y salud laboral advierten que jornadas tan extensas pueden conducir al agotamiento, reduciendo la creatividad y aumentando la posibilidad de errores. John P. Trougakos, profesor de gestión, señala que la productividad suele disminuir con horarios excesivos, y que el rendimiento óptimo se logra en intervalos más cortos y enfocados.
A pesar de las preocupaciones, Brin mantiene su postura, argumentando que el compromiso y la dedicación adicionales son fundamentales para que Google alcance sus ambiciosos objetivos en el ámbito de la IA. La comunidad tecnológica y los empleados de la empresa observan atentamente cómo se desarrollará esta estrategia en los próximos meses.