Tartu revela su elegante casona minimalista en Escobar, con un concepto in/out y detalles arquitectónicos sofisticados
En una de las habitaciones de huéspedes, con tonos blancos y una suave gama de azules y celestes, Tartu posa con un imponente cuadro de El Eternauta de fondo. A su izquierda, una piedra de la cancha de Boca.
Hace 18 años, Tartu y su esposa, Verónica Rubí, comenzaron a planear uno de los proyectos más importantes de sus vidas: construir una casa en las afueras de Buenos Aires. Este refugio, que originalmente utilizarían solo los fines de semana, se transformó en su residencia principal durante la pandemia.
"Decidimos pasar la cuarentena aquí. Era una buena opción para disfrutar de más espacio y aire libre", comparte Tartu con Revista GENTE, donde también es periodista y panelista en varios programas de televisión y radio. Recuerda que, al flexibilizarse la cuarentena, la familia tuvo que tomar una decisión: "Había que adaptarse, ya que nuestra hija Faustina iba al colegio y, si nos quedábamos, tendríamos que hacer cambios".
“En una época comprábamos muchas figuras en los viajes. Hemos comprado cajas de entre doce y veinte funkos a ciegas, sin saber qué venía. A veces nos tocaban buenos y otros personajes medio falopa".
El proceso de convertir la estructura, diseñada para escapadas de fin de semana, en un hogar funcional no fue sencillo. "No teníamos armarios para la ropa", añade Verónica. Este enfoque se refleja en el diseño de la casa: a pesar de haber sido construida hace casi dos décadas, el concepto abierto permite una conexión fluida entre el interior y el exterior, brindando luminosidad a todos los espacios, aunque reconocen que la falta de privacidad es un aspecto a considerar.
Tartu recuerda que la idea de la casa surgió antes de la llegada de Faustina, tras su regreso del Mundial de Alemania en 2006. Las primeras reuniones con el arquitecto fueron inusuales, ya que él les presentó un diseño típico de country, pero rápidamente se dieron cuenta de que no era lo que buscaban. "Era un profesional avanzado, y entendió que necesitábamos algo diferente", explica Tartu.
Así se ve la bacha del baño desde la escalera por la que se accede a las habitaciones.
La casa, con grandes ventanales, refleja el concepto in/out, permitiendo disfrutar del exterior desde el interior. "Puedes sentarte en un sillón bajo un jazmín o acostarte en un sofá junto al hogar", detalla. Además, Tartu menciona que se añadieron toques estéticos, como una línea de ladrillos de vidrio en el pasillo que conecta las habitaciones, y una bacha de baño de vidrio visible desde la escalera de mármol. "El vidrio se volvió un elemento esencial en el diseño", concluye entre risas.
“Una vez nos tocó el funko de fallout cuando no era nada y ahora es un hit. También tenemos el de Mandalorian… A Fausti le gustan los de animé, los de Evangelion, etc. Buscamos cositas de los animé que vemos y los vamos coleccionando”. En la foto, además se ven figuras de Jóvenes Titanes en Acción, Las Tortugas Ninja, Puka y Frutillitas.
La habitación de Faustina, la hija de Tartu
Su habitación tiene una paleta de colores compuesta por un blanco y un rosa pálido muy relajantes. El detalle súper cut es un acolchado blanco con corazones grises.
En el primer piso de la propiedad, la adolescente tiene su pequeño lugar en el mundo.