Difícil tregua en Gaza por insistencia israelí en atacar.

Catar, que actuaba como intermediario en el conflicto en la Franja de Gaza, admitió el sábado que la posibilidad de lograr un alto el fuego en la guerra entre Israel y Hamás no parece ser "muy prometedora", dado el rechazo de Israel a las llamadas para evitar un asalto a la ciudad de Rafah.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, señaló que los países que instan a Israel a no atacar la ciudad, donde se refugian 1,4 millones de palestinos, le están diciendo que "pierda la guerra".

Los esfuerzos por lograr un alto el fuego se intensificaron esta semana, cuando Catar, Egipto y Estados Unidos intentaron alcanzar un acuerdo antes de que las fuerzas israelíes ingresaran a Rafah, el último gran centro de población de Gaza donde no habían entrado las tropas terrestres israelíes. A pesar de los llamados del presidente estadounidense Joe Biden, Netanyahu insistió en que la operación avanzará con o sin un acuerdo con Hamás para la liberación de rehenes.

"Incluso si logramos un acuerdo, entraremos a Rafah", declaró Netanyahu el sábado en una conferencia de prensa. El primer ministro de Catar, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, quien se reunió esta semana con negociadores de Israel y Hamás, señaló que los esfuerzos por lograr un alto el fuego se complicaron debido a la insistencia de "muchos países" en que un nuevo acuerdo incluya nuevas liberaciones de rehenes.

"Los acontecimientos de los últimos días no han sido muy alentadores", admitió durante la Conferencia de Seguridad de Múnich. Por su parte, Hamás amenazó con suspender su participación en el diálogo a menos que se envíe ayuda al norte de Gaza, donde organizaciones de socorro advierten sobre una inminente hambruna.

"No se puede negociar mientras el hambre asola al pueblo palestino", afirmó a la AFP una fuente del grupo islamista, que pidió no ser identificada por no estar autorizada a hablar del tema. El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, reiteró las demandas del grupo que incluyen un alto el fuego, la retirada del ejército israelí y el levantamiento del bloqueo en Gaza.

Netanyahu también rechazó la presión de algunos gobiernos occidentales para reconocer unilateralmente un Estado palestino. Israel afirmó el sábado que detuvo a unas 100 personas en uno de los principales hospitales de Gaza, luego de que sus fuerzas allanaron el sitio, en medio del temor creciente por los pacientes y el personal atrapado en su interior.

Al menos 120 pacientes y cinco equipos médicos están atrapados en el hospital Nasser de Jan Yunis, en el sur de Gaza, sin agua, alimentos y electricidad, según el Ministerio de Salud de Hamás. Las fuerzas armadas israelíes indicaron que ingresaron el jueves al hospital, uno de los pocos centros médicos que siguen operativos en el territorio palestino.

Explicaron que tenían "información creíble" de que había rehenes en el hospital, aunque luego aclararon que no tenían evidencia al respecto. Después del allanamiento, cortaron la electricidad y los generadores dejaron de funcionar, lo cual provocó la muerte de seis pacientes por falta de oxígeno, según el Ministerio de Salud de Gaza.

Un testigo que no se identificó dijo a AFP que las fuerzas israelíes disparaban "a cualquiera que se moviera en el hospital". La guerra estalló el 7 de octubre, después de que Hamás atacara el sur de Israel, dejando 1.160 muertos, en su mayoría civiles, según un balance establecido por la AFP en base a datos oficiales israelíes.

Los comandos islamistas también capturaron a 250 personas, de las cuales 130 siguen en Gaza, incluyendo 30 que habrían muerto, según cifras israelíes. En represalia, los ataques israelíes han dejado 28.858 muertos, en su mayoría mujeres y menores, según el Ministerio de Salud de Hamás.

En tanto, en el norte de Gaza, muchos están tan desesperados que comen alimento para animales. "Vamos a morir de hambre, no por bombas o misiles", declaró Mohamed Nasser, de 50 años.

La ONU advirtió el sábado que los gazatíes están al borde de la hambruna.

Muchos palestinos hambrientos en Rafah han detenido los camiones de ayuda para tomar lo que puedan, según la ONU.